En el Born

Rooster & Bubbles: el pollo (y el cerdo y el cordero) a l'ast del siglo XXI

  • La ‘rostisseria’ de Pla de Palau, que regenta el nieto del inventor del pollo a l’ast, juega con diferentes carnes y sirve platos de cocina catalana sencilla con algún que otro guiño al exterior

El pollo a l’ast de Rooster & Bubbles.

El pollo a l’ast de Rooster & Bubbles.

1
Se lee en minutos
Ferran Imedio
Ferran Imedio

Periodista. Redactor del canal Cata Mayor

ver +

La historia de Rooster & Bubbles abierto hace unas meses en Pla de Palau, 12, nace en 1962, cuando Joan Casas se inventó algo tan popular hoy en día como el pollo a l’ast. Tras diseñar el mecanismo giratorio que permitía asar en horizontal varias piezas, abrió la rostisseria Kikiriki en Hostafrancs, donde servía aves de su propia granja y proponía acompañarlo con un cava propio.

En el siglo XXI pospandémico, su nieto Marc Martínez da un paso más allá con este restaurante que da una vuelta de tuerca al negocio de su abuelo y, de paso, lo homenajea (de ahí el nombre: Rooster por el asado y Bubbles por las burbujas del cava). 

En plato, ensalada y sándwich

Ahora, no solo hay pollo a l’ast (y muy sabroso, por cierto), sino otras carnes, como la de cerdo y cordero, e incluso calabaza (de violín, en este caso, porque se adaptar al asador). Puedes comer la carne en el plato, en una ensalada o en un sándwich (el de cordero, por ejemplo, se presenta en una especie de 'wrap' de pan de pita).

Noticias relacionadas

Y a cualquier hora y en cualquier sitio porque el horario es ininterrumpido y te lo pueden servir todo para llevar. Aunque siempre es un placer hacerlo en sus mesas hechas con maderas locales y en los platos de cerámica de Aguadé.

Pero la oferta gastronómica de Rooster & Bubbles va más allá, siempre centrada en la cocina catalana sencilla con alguna que otra mirada al exterior, de manera que igual puedes comer una ensaladilla rusa y unas sensacionales croquetas de pollo a l’ast que un aguacate aliñado con 'chips' de plátano o un humus de calabaza. Los postres son caseros -lo que es de agradecer- con el pastel de queso, mezcla de azul, ahumado y crema como bocado imprescindible.