Meter en la cárcel a Donald Trump es “lo último” que quiere hacer el juez Juan Merchan, el magistrado que preside el primer juicio penal contra un expresidente de Estados Unidos y es consciente de “la magnitud” que tendría "tal decisión”, pero su paciencia se está agotando ante la probada determinación de Trump de ignorar la orden mordaza que trata de limitar sus ataques a miembros del jurado y otros implicados en este proceso penal, en el que enfrenta 34 cargos por la ocultación de los pagos que hizo para silenciar a Stormy Daniels.

“Es el expresidente de EEUU y posiblemente también el próximo presidente, pero a fin de cuentas yo tengo un trabajo que hacer y parte de ese trabajo es proteger la dignidad del sistema judicial”, le ha dicho Merchan directamente a Trump en la sesión del juicio de este lunes después de imponerle una multa económica de mil dólares por desacato, que se suma a los 9.000 dólares con que ya le sancionó la semana pasada.

Esta vez ha sido por unas declaraciones que hizo el 22 de abril a una televisión de ultraderecha cuestionando la “rapidez” con que se había seleccionado al jurado de este caso, asegurando que sus miembros son “95% demócratas” y tildando la situación de “muy injusta”. “No solo puso en cuestión la integridad y por lo tanto la legitimidad de este proceso”, ha asegurado el juez, “sino que de nuevo elevó el espectro de miedo por la seguridad de miembros del jurado y de sus seres queridos”.

“Por más que no quiero imponer una pena de cárcel, quiero que entienda que lo haré si es necesario y apropiado”, ha advertido a Trump Merchan, más contundente aún que la semana pasada, cuando ya le puso en su horizonte la posibilidad de cárcel. “Sus continúas violaciones voluntarias de las órdenes del tribunal constituyen un ataque directo al estado de derecho, no puedo permitir que continúen”.

Merchan está claramente llegando a su límite con Trump y lo demuestra con una advertencia de posible cárcel que va más allá incluso de lo que ha pedido la fiscalía ante las violaciones de la orden mordaza.

Es una advertencia que no solo le ha transmitido verbalmente, sino que también ha dejado ya por escrito en la resolución por la que le ha impuesto la última sanción económica. “Es evidente que las multas monetarias no han sido ni serán suficientes para disuadir al acusado de violar las órdenes legales de este tribunal”, ha escrito el magistrado. “Futuras violaciones se castigarán con la encarcelación”.