ODONTOLOGÍA

Saliva: qué es, para qué sirve, cuánta hay que tener y qué pasa si no producimos suficiente

Los adultos deben producir a diario entre 1.000 y 1.500ml de saliva, que es un 99% agua y un 1& compuestos orgánicos e inorgánicos

¿Por qué tener saliva suficiente es esencial para la salud de la boca y dientes? / Adobe Stock.

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Uno de los líquidos que generamos las 24 horas del día y que menos valoramos es la saliva. Más allá de reconocer que tenemos la boca seca a causa de la sed, no somos realmente conscientes de la importancia que tiene para nuestra salud este líquido compuesto en el 99% de agua y un 1% compuestos orgánicos e inorgánicos. 

  • Cada día secretamos entre 1.000 y 1.500ml de saliva, es decir, entre un litro y litro y medio diario.

Y es que hay que saber como la saliva tiene una participación fundamental en actividades tan importantes para la salud como la digestión 

Principales funciones de la saliva

La saliva es un elemento que cumple un papel importante en muchas funciones esenciales para la supervivencia de las personas.

Entre las más importantes los especialistas del Ilustre Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de la Iª Región (COEM) señalan: 

  • Deglución y digestión: “El agua que compone la saliva, junto con la mucina y las glicoproteínas ricas en prolina, van a humedecer los alimentos para crear el bolo alimenticio y facilitar la deglución”. Además, la saliva contiene otra serie de sustancias (amilasas, lipasas, ribonucleasas, proteasas y mucina) que van a ayudar a la digestión inicial de los alimentos.

La saliva ayuda a la limpieza de la boca. / Adobe Stock.

  • Fonación y sabor. Cuando uno habla durante mucho tiempo la boca se seca y es que precisamente es la saliva la encargada de lubricar la mucosa oral y facilitar la fonación. Además, “la disolución química que produce de los componentes de los alimentos va a permitir que estimulen las papilas gustativas”, señalan los expertos en odontología.
  • Protección de la boca, encías y dientes. La lubricación de la boca, además de facilitar el habla, tiene un efecto protector frente al desgaste de los dientes
  • La saliva limpia. Su presencia en la boca consigue la “limpieza mecánica de los restos de alimentos, bacterias y productos bacterianos” con la ayuda de la lengua y otros músculos de la boca. 
  • Acción antimicrobiana. “La saliva contiene lisozima, lactoferrina, lactoperoxidasa, mucinas, lactoferrina, fosfoproteínas, glucoproteínas, cisteínas, histatinas, inmunoglobulinas y sistema complemento que van a contribuir al estado de equilibrio en el microbioma oral”, explican los especialistas.

Algunos medicamentos pueden provocar un descenso de los niveles de saliva. / Anna Shvets. Pexels.

  • Capacidad remineralizadora. Una saliva de calidad, con un contenido suficiente de bicarbonato, fosfato, calcio, estaterina, urea, proteínas ricas en prolina y flúor, va a evitar la aparición de caries. Y es que todos estos elementos “van a limitar los descensos de pH que ocasionan la desmineralización del esmalte y de la dentina”.
  • Facilita el diagnóstico de diferentes enfermedades. La toma de una muestra de saliva es algo habitual para determinar no solo patologías bucales sino de otro tipo. 

Hay que estar atentos a los niveles de saliva

Teniendo en cuenta el papel fundamental que juega, los odontólogos del COEM señalan la importancia de identificar aquellas situaciones en las que se reduce la cantidad de saliva que producimos. Porque estas situaciones aumentan el riesgo de que los pacientes sufran problemas orales como caries, erosión dental y enfermedad periodontal. 

¿Y qué puede provocar una reducción de los niveles de saliva? Pues los odontólogos señalan distintas causas: 

  • A más edad generamos menos cantidad de saliva. 
  • Debido a alteraciones de las glándulas salivales.

La saliva puede facilitar el diagnóstico de diversas enfermedades. / Adobe Stock.

  • Pacientes sometidos a radioterapia.
  • Factores psicológicos pueden provocar sequedad en la boca. 
  • El uso de determinados fármacos como diuréticos, antihistamínicos, antihipertensivos, broncodilatadores, antidepresivos y ansiolíticos. 

En cualquier caso, si notamos que disminuye la cantidad de saliva que producimos “y tenemos dificultad a la hora de hablar, masticar, tragar, o tomamos medicamentos como los anteriormente indicados, debemos comunicarlo a nuestro odontólogo, porque la saliva es muy importante”, concluyen los expertos.

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