Opinión | ASUNTOS PROPIOS

Núria Navarro

Periodista

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Judit Carrera, directora del CCCB: "La cultura es capaz de inventar futuros"

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Judit Carrera, directora del CCCB / ZOWY VOETEN

El ebullescente Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) da claves para interpretar estos tiempos de incertidumbre. Que no es poco. Al frente, la politóloga Judit Carrera (Barcelona, 1974), una mujer empeñada en tejer complicidades con la ciudad y el mundo –la próxima exposición, 'Amazonias. El futuro ancestral'–, mezclar referentes intelectuales, mejorar la calidad democrática y combatir la desesperanza. Acaba de revalidar en el cargo.

¿Cuántas noches pasa en vela dándole vueltas al mundo?

[Ríe] Me gusta la idea de Hannah Arendt de pensar en compañía. Nosotros lo hacemos en colaboración con las universidades, los centros de investigación, las oenegés, los editores, el barrio del Raval. Un tema –que no es nuevo– al que damos vueltas es el futuro de la ciudad: cómo conseguir que gente diferente comparta un espacio y conviva en paz. Y nos preocupa la cuestión de la mayor diversidad. En Barcelona, un 30% de la población ha nacido en el extranjero –en el Raval, un 65%–. Urge crear un marco de comprensión de esta realidad, que vemos como una riqueza.

"Uno de los grandes temas es cómo conseguir que gente diferente comparta un espacio y conviva en paz"

¿Qué Barcelona se ve desde su plaza?

Una Barcelona con un enorme palpitar cultural y un potente nivel científico, con centros como el Supercomputing Center, el Institut de Biotecnologia, el Synchrotron... 

Abra la caja de galletas, va.

Es una ciudad con una cierta desafección de los habitantes por las dificultades de vivir en ella. También es muy vulnerable al cambio climático y podría ser ejemplar en prepararse para las olas de calor. A veces me frustra la contradicción entre tener tanto conocimiento disponible y atravesar una crisis de desinformación tan grande como ahora.

"Barcelona ha brillado cuando ha sido consciente de su talento y se ha proyectado al mundo con aquello que le es propio"

A la ciudad le gusta el confeti, los grandes acontecimientos. ¿Qué le parece?

Barcelona ha brillado cuando ha sido consciente de su talento y se ha proyectado al mundo con aquello que le es propio. Contrariamente a lo que parecería, para participar en los debates globales no tienes que convertirte en lo que no eres. Barcelona es portuaria, abierta, con una tradición de pensar la ciudad basada en el espacio público, en el urbanismo y la arquitectura, y a veces se tiene la tentación de querer parecernos a otro. Lo que nos hará brillar –y hará que los barceloneses se sientan confortables– es lo que no se puede encontrar en otra parte. 

En caso de mirar un poco a otra parte, ¿hacia dónde echar un ojo?

Nuestro entorno natural es Europa. Cuando se tambalea el proyecto común europeo, con la extrema derecha gobernando en varios países, hay que tejer alianzas con nuestros vecinos, pero los problemas que nos planteamos ahora son el día a día de ciudades como Johannesburgo, Lagos, Tokio, Seúl, Sao Paulo y México DF, muy acostumbradas a la diversidad extrema, a la provisionalidad, a la creatividad permanente. A mí me gusta seguir a autores que abren horizontes.

"Pankaj Mishra lleva años pidiendo que Europa entienda su poder relativo"

Dígame uno.

Pankaj Mishra, un escritor indio que lleva años pidiendo que Europa entienda su poder relativo en el mundo, que se abra a una serie de imaginarios distintos. Siempre he pensado que desde las periferias se piensa con más libertad. 

A veces crea alergias. Mire la que se montó con la 'última cena' de los JJOO de París.

Hay que perseverar en ensanchar los límites de lo que puede ser dicho, visto y oído. Estamos viviendo un cambio de época, que tiene que ver con la percepción de aceleración impulsada por la IA, la robótica y la biomedicina. Eso genera fascinación, pero también miedo y sensación de fin del mundo conocido. Es fácil explotar la nostalgia de un pasado glorioso que en realidad no existió.

¿Abriga usted algún temor?

Soy consciente de la gravedad de aspectos como la pérdida de los derechos políticos ganados a base de muchas luchas, del mundo que dejemos a nuestros hijos, pero tenemos la capacidad de actuar. En estos momentos de cierre de horizontes, la cultura es capaz de inventar futuros.

"En el momento en que los diarios pierden fuerza, se rompe el eslabón de contacto con la realidad"

¿Cuál es el mejor equipaje para esa aventura?

El pensamiento crítico. A mí me preocupa mucho la crisis de la información. Tocqueville decía que necesitamos un espacio donde todos nos hablemos sin vernos, que es la garantía de la democracia. En el momento en que los diarios pierden fuerza, se rompe el eslabón de contacto con la realidad. Sabemos cuáles son los temas de futuro, pero donde convergen todos es en la crisis de los medios. Hay que volver a pagar por la información, y entender lo crucial que es la noción de verdad.

Como politóloga, ¿la 'verdad' destapada de Íñigo Errejón le ha impactado?

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Sí, pero la condición humana es ambivalente. El gran pensamiento que surgió después de la Segunda Guerra Mundial es que el ser humano es capaz de lo mejor y lo peor.

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