Opinión | ASUNTOS PROPIOS

Núria Navarro

Periodista

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Gabriel Rochet, creador de un móvil de 50 euros: "Las redes sociales crean un bucle de infelicidad"

A los 13 años empezó a construir su propio móvil, de código abierto y de 50 euros. Lo mostró en la Conferencia Europea 4D: Digitalización Democrática y Derechos Digitales de Barcelona

Adolescentes, móviles y escuela: radiografía de una revuelta

Gabriel Rochet, creador del teléfono Paxo. / FERRAN NADEU

A los 13 años, Gabriel Rochet (Vincennes, Francia, 2007) se metió en su cuarto decidido a fabricar su propio móvil. Tenía que ser ecológico, asequible y de código abierto. Empezó con una caja de bombones y unos cables, y tras toneladas de fracasos, la pantalla del Paxo –que así se llama su dispositivo- se iluminó. Hoy estudia ingeniería informática en la Grande École du Numérique y da conferencias –acompañado por su madre, Cécile–para animar a los jóvenes a "crear cosas" (el martes brilló en la Conferencia Europea 4D: Digitalización Democrática y Derechos Digitales organizada por Xnet).

Veo que no utiliza su móvil.

Utilizo un Fairphone, un 'smartphone' ecológico y de comercio justo. No contamina y puedes arreglarlo. El Paxo es un prototipo, aunque ya he recibido ofertas para comercializarlo. 

¿Qué prestaciones tiene Paxo?

Puedes hacer llamadas, enviar mensajes de texto, jugar a juegos sencillos –Snake y 2048– y, recientemente, el sistema operativo permite instalar aplicaciones para Paxo. Quiero abrir una tienda en internet para que la gente pueda poner sus propias aplicaciones en línea y descargarlas en el Paxo (se puede acceder a internet, pero no a través de una página web). Intentaré crear la aplicación Wikipedia y alguna de IA, como GPT o Gemini, que ofrezca información sin distracciones y sin caer en anuncios.

"YouTube pone al alcance un océano de conocimiento"

¿Nada de redes sociales?

Tengo WhatsApp y Discord, para conectar con la comunidad de Paxo. Nunca 'escroleo' en Instagram ni TikTok, y no aconsejo a nadie que empiece a hacerlo, porque no sirven de nada, solo enseñan cosas inútiles que olvidas al cabo de un minuto. Las redes crean un bucle infinito de infelicidad, mientras que YouTube, que utilizo mucho, pone al alcance un océano de conocimiento. 

Empezó a los 13 años. ¡Vaya precocidad!

Aprendí desmontando juguetes y construyendo con legos y, cuando ya no me resultaron interesantes, empecé con la electrónica hasta conseguir encender un led. Sin demasiadas habilidades, no mucho después se me metió en la cabeza construir mi propio móvil. 

¿Desde cero?

Fui aprendiendo contenidos distintos con tutoriales de internet. Mi motor es la curiosidad. Si la tienes, lo demás viene solo. Pese a los constantes fracasos, perseveré. Aprendí electrónica, programación, modelización e impresión 3D. Pasé un año investigando antes de que se me ocurriera algo que, potencialmente, podría conducir a algo.

"Fui aprendiendo contenidos distintos con tutoriales de internet. Mi motor es la curiosidad. Si la tienes, lo demás viene solo"

Todo, a partir de una caja de cartón.

Una caja de bombones y, más tarde, con carcasas hechas de conchas de vieira, botellas de cerveza, trigo. Una mañana de verano, en Biarritz –donde solemos pasar las vacaciones familiares–, se encendió la pantalla. ¡Fue un momento de revelación! Vi que el tiempo dedicado no había sido en vano y que, por el camino, había aprendido un montón de cosas. 

El objetivo es que fuera ecológico.

Era el objetivo inicial, pero, con los medios que tengo, he tenido que reciclar elementos. Aunque en el circuito de la placa hay pocos componentes electrónicos en comparación con los de un 'smartphone' convencional, donde hay toneladas de sensores.

"De niño, no tenía mucha interacción social. Prefería desarmar cosas, entender cómo funcionaban"

¿A qué edad le compraron un móvil?

A los 13 años. La verdad es que no tenía mucha interacción social. Prefería desarmar cosas, entender cómo funcionaban.

[Su madre, Cécile, interviene: "Gabriel estaba en su propio mundo y tuvo problemas para conectar con otros niños"].

¿Era el genio (incomprendido) de la clase?

No era malo, pero tampoco muy bueno.

[Cécile añade: "Nunca trabajó mucho. Yo le decía que si se esforzaba más, sería excelente. Y él me respondía: '¿Para qué? Haciendo cosas aprendo más'. Al principio, nos preocupó. Luego, nos centramos en trabajar sobre su ego, intentando que dosificara su ambición y se interesara por los otros"].

¿Sufría con su diferencia, Gabriel?

No ha habido un momento en el que haya sido realmente infeliz porque cada vez surgía algo que me interesaba. Cuando, en secundaria, me interesó tener amigos, los tuve. Mi motor es la curiosidad. Ver cómo funciona algo, para recrearlo. Desde un aparato a una pieza de Chopin.

"Paxo nunca será un negocio. Me gustaría que fuera utilizado con fines pedagógicos"

¿También toca el piano?

Razonablemente bien.

Steve Jobs, dijo, tocaba "la orquesta". ¿Por qué le enfada que le comparen con él?

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Steve Jobs era un líder empresarial. Mi objetivo nunca fue innovar. Solo quería construir, aprender y, por el camino, compartirlo con los demás. Paxo hoy es una asociación en la que participan 20 personas. Nunca será un negocio. A mí me gustaría que fuera utilizado con fines pedagógicos.

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