Hace 14 años que vivo en la calle Tànger de Poblenou. Era un lugar tranquilo donde disfrutábamos de nuestras terrazas, dormíamos hasta despertar con el ruido de gaviotas y gorriones.
Entretodos
En seis meses todo ha cambiado: inmenso tráfico, la polución en aumento, una calle de 20 metros de ancho que soporta seis líneas autobús, bomberos... Y todo debido a la 'superilla', porque han desviado el tráfico rodado por la calles adyacentes, de manera que han salido perjudicados los vecinos de estas vías, los mismos que hasta ahora teníamos calidad de vida.
Queremos y tenemos derecho de no salir perjudicados con todo esto.