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"No sabemos si el Cine Boliche reabrirá, pero agradecemos el servicio de tantos años"

Un hombre en la entrada de los cines Boliche de Barcelona / MAITE CRUZ

Esta es una carta de agradecimiento al Cine Boliche de Barcelona. Hace unas semanas cerró por reformas y nos dimos cuenta de lo huérfanas de buen cine que nos habíamos quedado. Durante años, el Boliche fue un referente de la proyección de las mejores películas internacionales. No tenías más que acercarte y elegir alguna de la cartelera. Cualquiera. Siempre valían la pena. Pero eso no era todo.

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Boliche ofrecía algo que no habíamos visto en ningún otro país: el fórum de los jueves por la noche, donde Alfons Mas, el dueño, proyectaba los preestrenos de los títulos imprescindibles de la semana. Alfons nos contextualizaba la película, nos hablaba del director y los actores y pasábamos a verla. Luego se abría el debate que también dirigía él. En ocasiones llegó a invitar al director o a algún actor. Era fascinante, nos contagiaba con su entusiasmo. Se veía a leguas que aquello era su pasión.

Llegamos a ver películas de todos los rincones del planeta que no se proyectaban en ningún otro lado. Verdaderas joyas para los cinéfilos. Alfons jamás se dejó seducir por el cine comercial. Lo suyo fue siempre la excelencia. Lo mejor era la manera como nos recibía: te sentías como invitado en su casa. Allí estaba, acompañado por su enorme sonrisa y su calidez a toda prueba, así como la de los chicos que trabajaban con él. Y al salir, siempre nos estaba esperando para saber qué nos había parecido el filme. Jamás habíamos tenido una experiencia así.

Esta es la razón por la que enviamos esta carta. No sabemos si el Boliche reabrirá o no. De cualquier manera, no podemos dejar pasar la oportunidad de dar las gracias por un servicio que se nos brindó desde la mayor profesionalidad pero, sobre todo, desde el corazón. Gracias, Boliche. Gracias, Alfons. Cuenta con nosotras cuando las puertas vuelvan a abrir.