TV-3 hizo un gran despliegue de medios para la divulgación y normalización de los problemas de salud mental. Hasta aquí mi agradecimiento. En su día se ofrecieron personas y asociaciones de familiares para explicar su día a día con trastornos mentales de alta complejidad, pero no fueron invitadas.
Entretodos
La alta complejidad se define por ser su origen diverso: TDAH, autismo, síndrome alcohólico fetal, trastornos límite de personalidad, bipolar y dual, depresión, etcétera, pero cuyo síntoma principal es el problema conductual y su nula conciencia del trastorno o de la necesidad de ser atendido.
El tema conductual puede aparecer a cualquier edad. El sistema educativo lo único que hace es apartar sin poner medios (personas de refuerzo) para integrar. La sanidad pública lo que hace básicamente es medicalizar sin que intervengan psicólogos con la periodicidad adecuada, lo que causa que las familias tengan que buscar fuera del sistema, a un coste muy alto. La adolescencia y primera juventud provoca que debuten muchos en las adicciones (videojuegos, marihuana, apuestas...). Una baja autoestima junto a su nula aceptación de la frustración producen el cóctel perfecto para ir contra las personas que tienen a su alrededor o contra sí mismos.
La mayoría de edad añade un problema, ya que pueden decidir no ser atendidos. Se ha pasado de internar involuntariamente a negar la asistencia aunque exista una necesidad visible con la excusa de la nueva ley. Los políticos deberían haber consultado a profesionales y familias, añadiendo a dicha ley un anexo que contemplara los casos de alta complejidad y la posible intervención involuntaria y la protección a las familias en caso de violencia filioparental. ¿Lo harán? ¿Habrá algún científico que cree un proyecto, con lo que destine 'La Marató', para averiguar el por qué de esos problemas conductuales en tantos diagnósticos variados? ¿Se adelantará la investigación genética para adecuar la medicación a cada persona sin tanto ensayo-error que hace que abandonen la medicación?