Durante muchos años una parte de la sociedad vasca decidió que debía defender sus ideas mediante el uso de la violencia. ¡Cuántas veces oímos aquello de que los vascos era un pueblo valiente! Pasaron los años, desapareció la sinrazón del terrorismo y Euskadi consiguió vivir en paz.
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Ahora en Catalunya también hay valientes, pero son de signo totalmente opuesto. Son personas que se atreven a salir a las calles de sus pueblos y ciudades para retirar simbología política de los espacios públicos bajo una lluvia de insultos y amenazas. Gracias por atreveros, vuestra valentía será reconocida el día de mañana en una tierra que también quiere vivir en convivencia.