Con su encomiable serenidad, con su clase innata, con su sobria elegancia y con su saber estar en cada momento, la reina Sofía se ha ganado el cariño de los españoles de forma abrumadora y merecida. Altruista y de una gran formación espiritual que transmite dignidad, serenidad y confianza, nuestra reina emérita ha sabido, además, estar siempre a la altura de las circunstancias.
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