Me he preguntado muchas veces cómo políticos como Pedro Sánchez, Ada Colau o Irene Montero han podido aguantar el ataque sistemático de la derecha con denuncias falsas y una descalificación política y personal permanente.

No tengo ninguna duda de que estos políticos, con sus aciertos y errores, han trabajado de corazón por el bien común. Porque sí, existen, por mucho que intenten hacernos creer que todos son iguales. Y sí, son humanos, sienten y padecen. Por ellos y por sus familias. La alternancia de poder es una de las garantías de la democracia, pero en España la derecha quiere gobernar siempre y cuando no lo hace actúa como si le hubieran robado lo que por derecho le corresponde.

No sé qué opción escogerá Sánchez, pero sea la que sea tiene mi respeto y admiración. Si dimite volverá a suceder lo que dijo Mónica Oltra cuando dejo la política por una denuncia que se ha demostrado falsa: "Hoy ganan los malos". Pero no podemos pedir a nadie que ponga en riesgo su salud física o mental o la de su familia, para hacer frente a esos "malos" que nosotros deberíamos barrer con nuestros votos.