Ya estamos acostumbrados a que a la Iglesia, la católica, la que anda por este país como Pedro -san Pedro- por su casa, solo la vemos con la pompa, con sus trajes, sus cruces de oro, sus propiedades... En fin, tan lejos del pueblo necesitado que no extraña su silencio ante la muerte del 'Pare Manel', un buen hombre que ejercía su apostolado con los más necesitados. Ni un comentario ni una esquela ni un anuncio del arzobispo de Barcelona, ni una misa. Eso sí, reciben cada año su parte de la declaración de renta (no sé por qué en un país aconfesional figura la posibilidad de poner la cruz de aportación a la Iglesia). Mi recuerdo al 'Pare Manel'.
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