Un Barça arrollador, apabullante. Un presidente exultante, descorchando en el vestuario pasión a raudales. Un Messi majestuoso, arropado por un De Jong descomunal y un Griezmann desequilibrante y definidor.
Entretodos
El estelar capitán levantó la Copa que puede iniciar el proyecto de la transición de un equipo producto del maridaje entre los séniors y los júniors. El ensamblaje de la deslumbrante veteranía y el emergente talento de La Masia dirigido por un Koeman respaldado por los jugadores que ha revertido la situación; le ha devuelto a Messi la sonrisa, ha recuperado a Dembélé y ha apostado por la cantera sentando las bases de futuro. El culé tiene razones para soñar con un ansiado doblete.