Parece que la idea de nuestros políticos independentistas sea la del "cuanto peor, mejor". Seguro que en Catalunya viviremos mejor con un gobierno de derechas, como el PP. Y mucho mejor con uno de extrema derecha, como Vox. ¿Para qué apoyar a un gobierno dialogante, dispuesto a la concordia y no muy dado a las soluciones vía judicial "aquí mando yo?". Nuestros políticos tienen ganas de que vuelva la época de Rajoy y el 155: si es más duro, mejor.

Porque la verdad es que los que no quieren dialogar ni llegar a puntos de encuentro son nuestros representantes independentistas. Se mueven mejor con gobiernos de derechas, porque esa falta de ganas de diálogo, de solucionar, se disimulan mejor cuando gobierna la derecha. El independentismo necesita de un súperenemigo para tener sentido, no vaya a ser que se ponga en evidencia la verdad: que no tienen ningún interés en solucionar el conflicto en el que se encuentra envuelta nuestra amada Catalunya.

Felicidades, porque al paso que vamos, este independentismo tendrá una nueva y vieja razón de ser, cuando, como es lo más probable, en las próximas elecciones ganen el PP o Vox.