Leo una carta en el que un lector despide con acritud, amargura y hasta con ese odio que hemos cultivado en los últimos tiempos a una persona que renuncia a vivir en Barcelona por la decadencia en que se ha sumido.
Entretodos
Soy un enamorado de mi ciudad, pero mientras otras se han potenciado, como Málaga, Sevilla, Valencia y hasta Vigo, nosotros nos hemos tirado de los pelos y potenciado el humo y la política en vez de limpiar nuestra casa y vender un mejor presente y futuro para todos. El 'adéu, Andreu' en lugar del 'Amics per sempre'. Así nos va