Fui al estreno, en el Liceu, de la moderna opera 'Alexina B', y digo moderna porque fue compuesta en tiempos de pandemia. A mí tanto el tema, la partitura, el libreto, las voces, los cuadros escénicos, las interpretaciones y la orquesta me dejaron sin aliento. A medida que avanzaba el espectáculo, mil preguntas acudían a mi mente. Evidentemente, me llegó al corazón. La entrada en platea me costó casi noventa euros.
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Lo que no puede ser es que hoy, en cartel, otra ópera en el mismo asiento cueste doscientos cincuenta euros. Creo que eso no ayuda a que la ópera llegue a todo el mundo. Está muy bien la modernización de las óperas y la creación de nuevas pero no es suficiente si se quiere llegar a todo el mundo. Se tienen que 'modernizar' los precios o si no la ópera seguirá siendo clasista, aunque en el escenario salgan cantando mientras mean en un urinario.