El 70 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos es una buena ocasión para denunciar la violencia y pobreza extremas que amenazan a la vida humana y reivindicar tres nuevos derechos para superarlas: a la Paz, al Desarrollo y al Medio Ambiente.
Entretodos
La Paz: Gaza, Malí, Iraq, Afganistán, Somalia, Siria... en los más de 60 conflictos armados que se estima existen en la actualidad, el recurso a la fuerza reporta ignominiosos beneficios a la industria militar y a la miríada de traficantes que la hacen posible.
El Desarrollo (alimentación, agua, cobertura universal de las necesidades básicas...), el 50% de la humanidad vive aún por debajo del umbral de la pobreza y los problemas relacionados con la alimentación mundial se agravan de forma alarmante (biocombustibles). Establecer impuestos internacionales sobre el mercado de intercambio de divisas (y otras alternativas financieras) cuya recaudación redunde directamente en los fondos multilaterales para el desarrollo de Naciones Unidas y otras medidas como la cancelación de la deuda externa y el incremento de la ayuda oficial al desarrollo, continúan siendo esenciales.
El Medioambiente, porque la Conferencia sobre el Cambio Climático (Paris en 2015) está más orientada a la adaptación al cambio climático que a su freno. El gran desafío, no asumido, consiste en desligar la idea de desarrollo humano sostenible del imperativo mercantilista que concibe el crecimiento económico como el incremento continuo de la producción para el consumo.
Parecen utópicos pero son derechos absolutamente irrenunciables si queremos dar dignidad suficiente a la condición humana en todos y cada uno de los rincones del planeta.