Tanto por lo que han luchado nuestras generaciones pasadas y seguimos en situación de precariedad laboral. Pero claro, no podemos quejarnos: ahora hay que dar las gracias por tener un empleo, en las condiciones que sean. Contratos eventuales que no llegan al mes, trabajar durante todo el año sin vacaciones, contratos de lunes a domingo, hacer horas extras por falta de personal... Pero estamos bien.
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Las grandes empresas buscan el máximo beneficio sin ningún miramiento y los trabajadores callan por miedo. ¿Vamos a seguir pensando que somos afortunados?