No sé si, afortunada o desgraciadamente, hay que reconocer que en muy poco tiempo hemos pasado de un bipartidismo, representado por el PSOE y el PP -antes Alianza Popular-, a un escenario muy diferente en el que han entrado en juego otros partidos que están cambiando las reglas del juego, para bien o para mal, según se mire.
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Los resultados electorales del pasado 28 de abril indicaron un cambio de tendencia, pero no ha sido posible orquestar un Gobierno con suficientes apoyos, y de ahí la situación en la que nos encontramos, con nuevas elecciones a la vista el próximo 10 de noviembre.
En la sesión parlamentaria posterior a la decisión del Rey de no presentar a ningún candidato para la investidura, todo fueron reproches a la ineficacia de Pedro Sánchez para formar Gobierno, y la defensa de este argumentando, a su favor, la falta de espíritu de Estado de los demás partidos y haciendo ya campaña para recabar los votos del centro derecha que le podrían dar la mayoría absoluta.
En cualquier caso, la respuesta está en nosotros, ya que, con nuestro voto, podemos inclinar la balanza en un sentido o en otro.