El pasado 18 de septiembre se celebró el funeral más famoso del año, el de la reina Isabel II. Parafernalia, protocolos y el peligro que supone la muerte del mayor icono de la monarquía en el mundo. Fuimos testigos de la falsa unión de la familia real de España, cuando, en realidad, la reina Sofía lo que debía querer era ponerle la zancadilla al rey emérito. En fin, que la monarquía en el siglo XXI no tiene otro propósito más que el de entretener.
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La monarquía se tambalea y no faltan sus defensores en España con la falsa idea de que “la monarquía es lo único que une a este país”, cuando ya se ha visto que lo que más une a este país es un partido de la Selección, una final de Carlos Alcaraz e incluso, una Chanel en Eurovisión, en ese orden. Ahora, más que nunca, los ciudadanos deberían plantearse el papel de estas familias con privilegios.