Mi momento favorito del día es cuando me escapo 10 minutos a tomarme un café al solecito en mi balcón. Sin embargo, desde hace una semana ya no estoy sola; hay unos intrusos que invaden mi espacio privado. Los operarios del solar de delante, todos hombres, cada día me sueltan alguna tontería y me echan miraditas. Podría parecer algo insignificante, pero no lo es. Cada segundo miles de mujeres en todo el mundo nos enfrentamos a acosos verbales y otros micromachismos como este. En mi caso, me ha bastado con salir a mi balcón para ser víctima de ello.
Entretodos