Cuarto de carrera, con prácticas no remuneradas y con una estabilidad laboral cuestionable. Siempre me han guiado la vida los estudios, y ahora que se me acaban, veo un abismo próximo y poco próspero. No soy la única que se encuentra con este paradigma, he compartido mi punto de vista con mis compañeros y ellos tampoco se sienten a gusto con las condiciones del mercado laboral.
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No pretendo estudiar para siempre, puedo quedarme sin recursos si lo intento. Sin embargo, es cierto que la falta de conciliación universitario-laboral dificulta la entrada de los universitarios al mundo empresarial. Las entidades públicas deberían fomentar por el contrato real de aprendices, no como un puesto que ocupa cada año una persona diferente. Los universitarios necesitamos oportunidades también, no queremos ser becarios que caen por el abismo y nunca llegan a tierra firme.