Señor presidente, esta carta no es de un ultranacionalista, es la de un español nacido en Catalunya que defiende la Constitución, y no creo que lo que usted piensa hacer, que es indultar a personas que cometieron graves delitos y que casualmente eran políticos que, precisamente por sus responsabilidades, tenían el deber de respetar la ley y en especial la Constitución, sea bueno para España. Los condenados rompieron todas las reglas del juego; como sabe, la condena es clara y se dictó con todas las garantías procesales y constitucionales.

Hay socios de usted que dicen que no “hay que judicializar la política”. ¿Desde cuándo un acto delictivo es un hecho político? Al señor Puigdemont, por ejemplo, hay que traerlo a España y juzgarlo y si es condenado hacer cumplir la sentencia. Esto no es judicializar la política, sino cumplir con lo que nos demanda nuestra Constitución y las leyes que la desarrollan.

Señor Sánchez, usted habla de conflicto entre España y Catalunya. Para empezar, Catalunya es una parte de España, en todo caso lo que hay –en mi opinión- es un Govern que solo gobierna para una parte de catalanes, no para todos. Hay catalanes que sufrimos esa arbitrariedad, en concreto quienes nos sentimos españoles nacidos en Catalunya, que no es otra cosa que una comunidad autónoma más de España.

El indulto puede ser legal, pero es completamente injusto, ya que no se arrepienten de haberlo hecho, manifiestan que lo volverán a hacer y prueba de ello es que la Guardia Civil así lo manifiesta. Los indultos nos ponen a los pies de los caballos a los no independentistas en Catalunya.

Señor Sánchez, usted sabe que ellos no buscan un acuerdo, buscan la independencia, y ni usted ni nadie -a menos que se salte la ley- se la puede dar. Le ruego que no conceda los indultos: hay razones jurídicas y objetivas para no dárselos.