Hace ya más de un siglo que José Ortega y Gasset escribió, en su libro 'Meditaciones del Quijote' (1914), la célebre frase: “Yo soy yo y mi circunstancia”. Con ella se oponía al idealismo kantiano según el cual el sujeto (el yo) determina con sus estructuras previas la realidad percibida.
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En cambio, para Ortega, la identidad y la vida humanas son el resultado de la interacción entre el individuo y el mundo que lo rodea o, más exactamente, el contexto vital que está a su alrededor (lo“circum-stante” o circunstancia).
Pero en la actualidad, lo que nos rodea y envuelve no es ya -o no solo- la realidad presencial de las personas y las cosas, sino el ámbito digital de la información y de la comunicación que se extiende a través de Internet y que se vehicula día a día través del ordenador y del móvil, cuyo uso constante se ha vuelto imprescindible.
Hoy tenemos que convivir con este nuevo contexto virtual, producido por nuestra tecnología pero que ha adquirido entidad propia hasta constituir un entorno omnipresente al que Alvin Toffler denominó “tecnosfera”.
Un entorno que constituye ya una nueva circunstancia a la que debemos adaptarnos a través de esas pantallas interactivas que se están convirtiendo, sin darnos cuenta, en una extensión de nosotros mismos. Parafraseando a Ortega, cada cual podría ahora decir de sí: “Yo soy yo y mi móvil”.