Establecer como nota académica suficiente un cinco para obtener una beca de estudios pretende que ningún estudiante resulte discriminado y marginado por motivos económicos.

Ahora bien, la Universidad debe ser un foro de cultura y aprendizaje formativo, un lugar de estudio e investigación en el que no debe relegarse ni infravalorarse el sacrificio y el esfuerzo, el espíritu y la voluntad de superación. Por ello, junto a esas becas por razones económicas deben potenciarse las becas académicas y de excelencia que incentiven y premien la dedicación y el esfuerzo en pos de un mundo cada vez más complejo, exigente y competitivo.

La legítima aspiración a una élite universitaria no debe quedar embridada por un simplista rasero igualitario populista que propicie la mediocridad.