Vengo de caminar las calles de mi ciudad. De gritar contra la injusticia. De acompañar a vecinos que no piensan cómo yo. Algunos enarbolan banderas con las que no me identifico y cantan lemas que no comparto. Pero desde la sensatez y la coherencia aparco las emociones de sentimiento patrio que solo responden al azar de haber nacido en un lugar al azar.
Entretodos
Hoy, una vez más, nos recuerdan que una sentencia no por ser judicial es justa. La vergüenza de hoy es compartida y me une con muchos que no piensan como yo, la paradoja es tan real como triste. Basta ya de sentencias vengativas y pongan soluciones políticas desde el diálogo y la empatía con aquellos que no piensan igual.
Libertad presos políticos.