Respuesta a la carta titulada 'Ignorantes en Religión', del lector Manuel Sánchez.
Entretodos
Las clases de religión pueden solicitarlas los padres interesados, en cumplimiento del Concordato. Un director puede, sin embargo, a la hora de la preinscripción, convencer a los padres de que los lugares más adecuados para la enseñanza de las distintas religiones a sus hijos son la familia y los lugares respectivos de culto, en sus sesiones de catequesis y adoctrinamiento.
Puede argumentar a los padres que los niños que reciben la clase de religión son segregados del resto de alumnos de su grupo clase, que reciben una clase alternativa en valores cívicos que deberían recibir todos los alumnos. Así, conozco padres que han rehusado inscribir a sus hijos en la clase de religión, optando por la clase de valores éticos. Pero han sido los padres, no el centro.
También hay que mentalizar a los padres que la partida económica destinada a los profesores de religión podría destinarse a profesores de refuerzo y a otros recursos. Por otro lado, pienso que la religión, con sus creencias metafísicas, no encaja con la enseñanza científica demostrable.