¿Quién no conoce las Ramblas de Barcelona? Sitio emblemático y de paso obligado por turistas y vecinos de la ciudad condal, para disfrutar de un paseo empezando por plaza de Catalunya hasta su finalización en el monumento de Colón.
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Pero ya no es lo mismo. Empezar ese trayecto puede ser propicio de una aventura sin un final feliz. A cada metro hay un peligro: los vendedores de droga (camuflados de lateros), prostitutas, carteristas, y manteros son la fauna ramblística de cada día, en un lugar que debería estar muy vigilado (recordemos que fue testigo de un atentado terrorista hace nada).
Los turistas paseando, algunos disfrutando de la oferta del ocio vicioso que se ofrece ahora y otros padeciéndolo gritando por que le han robado su cartera o reloj.
Pero todo esto no parece importarle a las autoridades gubernamentales o policiales. ¿Hasta cuándo los vecinos tendremos que aguantar esta situación? ¿Por que se ha llegado a esta dejadez? ¿Quiénes son los responsables de esta situación? Porque Barcelona es para todos, pero así, no.