De su financiación, en el PP, no saben nada; pero con la de Podemos saturan tertulias.
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“No recuerdo, no me consta, lo desconozco…”, es cuanto responde la cúpula de Aznar ante el tribunal que la interroga. En lo que parece un claro cambio de estrategia, a pesar de ignorar todo sobre contabilidad, se exculpa a Bárcenas atestiguando que allí no se pagaban sobresueldos ni existía financiación ilegal, y se echa el muerto al extesorero Lapuerta, ahora con demencia. Para ser un guión ridículo de peli mala, sus actores, ineptos y sin aparentes responsabilidades, tenían buen caché. Ahí quedan los 21.300 euros mensuales de Bárcenas, más secretaria, coche y despacho. ¿Quién lo autorizó?
Cuando Rajoy declare, debería vacunarse para no infectarse con la argucia de sus mandados. Él, además de máximo dirigente de su partido –algo sabrá–, es presidente del Gobierno. Confiemos estar en manos de alguien capaz que sabe lo que ocurre en su entorno; sobre todo, porque tanta desmemoria selectiva ya no cuela.