Todos los que hemos visto 'El fugitivo', aquella película de acción interpretada por Harrison Ford, entendemos con exactitud lo que quiere decir ser un prófugo o fugitivo. Comprendemos que es aquella persona que huye de la justicia, y se le persigue por haber vulnerado la ley. El exiliado es otra cosa: se denomina así a todas aquellas personas que, por sus creencias políticas, se han visto obligadas a abandonar su país y se refugian en otro. Al exiliado, la justicia del país que ha abandonado —su país— no lo persigue; en cambio, el prófugo huye de su país porque la justicia lo acusa de haber cometido un delito.
Entretodos
Los exiliados no han vulnerado la ley, se marchan de su país por otras razones —generalmente políticas—. Resumiendo, ni Harrison Ford en la película ni Puigdemont en la realidad son dos exiliados. El de la película y el de la política son, sin duda alguna, dos prófugos. Hasta aquí la aclaración, y al creer sinceramente que el vicepresidente del Gobierno sabe tan bien como yo la diferencia entre un prófugo y un exiliado, la pregunta es la siguiente: ¿A qué juega Pablo Iglesias?