No deja de sorprenderme algo que para algunos, sin duda, puede ser baladí e incluso insustancial, pero que cada día que pasa más me fascina. Vivimos todos en un presente común, bajo las siglas numéricas que marcan quince años ya, después de aquel 2000 casi apocalíptico, según algunos.
Entretodos
Pero poco importa lo que nos diga una calendario, que formemos parte de la misma especie o condición humana. Los millones de mundos que se presentan cada día ante nosotros son tantos como posibilidades existen de crearse.
Un vistazo a los medios de comunicación dan fe de ello: Banderas que agitan a las masas aquí y allí. Lesiones inoportunas de ídolos deportivos, accidentes fortuitos o campañas presidenciales. Actos solidarios que emocionan o impúdicos que decepcionan. Videos virales, homenajes o provocaciones y así un largo etcétera.
Nunca antes pudimos ser testigos, casi de excepción, de tantas realidades paralelas. Nunca sabremos la cantidad de universos que transitan delante nuestro. Pero nos queda el consuelo de poder asomarnos a ese balcón con vistas a la realidad.
Bienvenidos a la era de la información.