El otro día iba caminando con mi novio por una calle del barrio de Gràcia cuando un hombre empezó a increparnos.
Entretodos
No entendimos lo que decía, pero nos señalaba y nos gritaba diferentes insultos. Nos quedamos de piedra. ¿Cómo podía pasar eso en uno de los barrios más progresistas de Barcelona en pleno siglo XXI?
Hemos avanzado mucho, pero no nos conformemos: la homofobia sigue siendo una realidad y hay que erradicarla.