Trabajo desde hace poco en una empresa de reparto a domicilio que trabaja con discapacitados. Los máximos responsables pasaron toda la tarde de ayer, asegurándose de que todos y cada uno de ellos pudiera llegar a su casa y poniendo todos los máximos recursos para hacerlo posible.
Entretodos
No hubo descanso hasta que el último de ellos llegó a su casa. Parece una tontería, pero a estos trabajadores se les hace cuesta arriba cualquier cambio en sus rutinas, y más en una situación excepcional como la de un atentado. Por eso, me descubro ante una actuación que igual, seguramente, pasaría despercibida, pero que a mí me dice mucho sobre cómo trabaja esta empresa.