No sé si os ha pasado que os aparece un anuncio de Broncano que os anima a invertir en bitcoins. O de Penélope Cruz. Hoy, mi abuelo, que para tener 90 años se maneja muy bien con la tecnología, me ha contado que ha visto a Feijóo anunciando inversiones de 250 euros que te hacen ganar mucho dinero, y mi paciencia se ha acabado.
Entretodos
Nos cuentan que han endurecido la regulación de publicidad 'online', que hasta los 'influencers' deberán ser más transparentes respecto a sus comunicaciones comerciales. Pero a quien más deberíamos exigir, a los gigantes tecnológicos, es a quien seguimos permitiendo ganar dinero a raudales mientras fomentan actividades delictivas o destruyen nuestra democracia.
Suelo denunciar ese tipo de anuncios, haciendo el trabajo que debería haber hecho Google antes de cobrar, pero Google o Facebook siempre me responden que no han encontrado ningún problema en esos anuncios.
El caso es que hace unos días descubrí, gracias a un documental imprescindible que pude ver en su estreno en DocsBarcelona, 'La trampa del click', que no solo yo o mi abuelo vemos estos anuncios de estafas o 'fakenews' sino que lucrarse de ello es el 'modus operandi' de las tecnológicas. De hecho, puede que estén viendo un anuncio de estos en este mismo periódico y que el medio lo tenga bastante difícil para evitar este círculo vicioso y autoalimentado de publicidad y 'click-bait'.
¿Cuando van a poner límite a estos gigantes nuestros representantes? Mientras tanto, supongo que hemos tenido suerte de que Feijoó no le cae muy bien a mi abuelo.