Desde hace ya varios años los trenes de Rodalies, principalmente, son objeto de pintadas y grafitis cada vez con más frecuencia. La mayoría de los vagones están pintarrajeados, incluso en las ventanas. Por lo que he leído en la prensa, limpiar estos vagones le cuesta a Renfe unos 16 millones de euros al año.
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Pero lo peor de todo no es el coste monetario, que en definitiva sale también de nuestros bolsillos, ni las molestias que esto puede ocasionar a los viajeros que no pueden contemplar la vista por la ventana, sino la lamentable imagen de suciedad, incivismo y dejadez que estamos dando como país. Y esta lastimosa imagen es extensiva no solo a los trenes de Rodalies sino a cualquier lugar donde uno vaya.
Políticos, ¿alguno de ustedes va a poner remedio de una vez por todas para acabar con esta lacra?