Totalmente de acuerdo con el señor Jaume Borràs, que se queja en su carta 'Un viaje en tren París-Barcelona de vergüenza' del mal servicio del tren en ese trayecto. A primeros de julio hice este viaje y mi desconcierto fue grande al ver que podían acceder al tren las personas que quisieran. No te miran ni el billete y no pasan el equipaje por ningún control.
Entretodos
Una señora viajaba con un perrito que daba un poco la lata. Otros viajeros se iban sentando donde querían hasta que en otra estación subía el pasajero que tenía ese asiento asignado. Unos estudiantes estaban sentados en la plataforma y cuando accedías al bar, tenías que pasar literalmente sorteando sus piernas ya que permanecían inmóviles con sus teléfonos en mano.
Hay que reconocer que en España está todo más controlado en este aspecto. No vamos a ser los peores en todo. A ver si alguien puede mejorar esto. Y el lector al que mencionaba al principio debería ser recompensado por las dos horas de retraso del tren y devolverle el importe del billete.