La meritocracia ha sido y es un tema de debate recurrente que sirve como base de muchos discursos pero, ¿existe realmente? Los datos y la experiencia de muchos trabajadores y estudiantes nos demuestran totalmente lo contrario.
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En España, los alumnos pobres tienen 4 veces más probabilidad de repetir que los ricos teniendo las mismas competencias. En el mundo laboral, estos patrones se reflejan de la misma manera. Conseguir mejores prácticas mediante contactos, no tener que trabajar para pagarse la carrera o ir a centros privados forman parte de un cúmulo de privilegios que contribuyen a promover y aumentar las diferencias de oportunidades.
Que dejen de engañarnos con discursos motivacionales. No existe la meritocracia sin igualdad de oportunidades.