Hay mucha gente en España que aún está esperando que lleguen los americanos como en la película ‘Bienvenido, Mister Marshall’. Pero eso, además de un sueño, es una utopía totalmente contradictoria.
Entretodos
Que en un país en el que se pone un impuesto al sol y a utilizar su energía; donde nombran ministros a los que tienen más capacidad para inventarse impuestos; donde se ponen impuestos a las bebidas que contienen azúcar; donde se cargan impuestos y beneficios sobre los impuestos; donde se penaliza la inversión y el ahorro; donde se amnistía a los defraudadores; donde se gastan los fondos de garantía para los jubilados sin saber en qué; donde las normas se hacen por decreto de los gobernantes; donde la justicia actúa según las indicaciones políticas; donde a los que trabajan no les alcanza para vivir y tienen que pedir ayudas como si de mendigos se tratara; donde está permitido vender objetos robados, fraudulentos, falsificaciones y útiles de dudosa procedencia; donde la deuda pública supera el producto interior neto... que en un país donde sucede todo esto y mil cosas más, que aún existan personas que tienen la esperanza de que algún día haya gobernantes capacitados y honrados, significa que la cosa no va bien y no tiene ninguna solución.
El poder político es absoluto y totalitario, y mientras esto no se solucione tendremos que seguir esperando a que llegue mister Marshall en forma de lotería o apuestas, de cuyo total jugado, por cierto, se quedan el 70%.