Un mes después del fallecimiento de Àlex Casademunt (1981-2021), concursante de la primera edición de Operación Triunfo, una piensa sobre el poder de las redes sociales para transmitir noticias de cualquier índole temática y, sobre todo, sin escrúpulos. Muchos somos los que utilizamos las redes sociales para ponernos al día en lo relativo a noticias; preferimos abrir cualquier red social antes que la versión digital de un medio de comunicación. La inmediatez con la que accedemos a cualquier noticia, en unos casos nos beneficia, en otros puede llegar a paralizarnos, como es el caso de una tragedia. Corremos un riesgo tremendo al enfrentarnos a una noticia traumática para nosotros, como puede ser la muerte de tu marido, hijo o hermano. Recibir una noticia inesperada con esta particularidad, sin un abrazo, sin unas palabras de ánimo o una mirada de compasión y cariño debe ser realmente doloroso.
Entretodos
Está claro que la persona que publica la noticia no tiene en mente quién se encuentra detrás de la pantalla, la avaricia por publicar una información en primicia es lo que debe mover su actitud. Este es un claro ejemplo de que nuestra forma de comunicarnos está cambiando. Antes de realizar una llamada de teléfono preferimos escribir un mensaje en redes sociales o enviar un WhatsApp, no pensamos en el propio mensaje que queremos transmitir, ni tampoco el tono que empleamos, y mucho menos en la persona a la que nos dirigimos. Y con dicha ausencia de sentimientos, ¿qué puede diferenciarnos de las máquinas?