Se dice, y con razón, que la monarquía, por ser un privilegio de sangre y territorio, es un anacronismo. Ciertamente, es un anacronismo que el 'ius soli' i el 'ius sanguini' (tener privilegio tan solo por haber nacido en un sitio determinado y ser descendiente de una familia determinada) marque tanto tu destino a favor como en contra del resto de conciudadanos. Solo por eso debería ser puesta a debate la existencia de la monarquía.
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Y también la de los fueros vascos y su hecho singular de régimen tributario propio y cupo. Hecho singular que es un privilegio que tienen tan solo por por haber nacido o vivir en un sitio determinado y ser descendiente de una familia determinada y que actúa en detrimento del resto de conciudadanos españoles.
Si con todo el derecho del mundo queremos librarnos de lo anacrónico, adelante y pongamos a debate tanto la monarquía como los fueros y cupos vascos: nada de ello cabe en una república federal.