Cuando mi hija era bebé fueron muchas las ocasiones en las que utilizamos el recurso de la distracción para darle de comer, enseñándole y poniendo al alcance de sus manos una cartera, un bolígrafo, un llavero o cualquier otra cosa que pudiera despertar su interés mientras le introducíamos una cucharada en la boca. Y una estrategia en ese sentido es la usada desde la política cuando se persigue situar la mirada de la ciudadanía hacia una cuestión que consiga desviar la atención sobre otro asunto, aunque eso sí, con una destacable diferencia: en un caso, la jugada del despiste tenía la intención (con más o menos desacierto) de alimentar a la pequeña; sin embargo, el tendido de una cortina de humo político suele tener como objetivo evitar el debilitamiento personal o partidista ante conductas y resultados impopulares.
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