Hace unos años que vivo pensando en todo lo que nos sucede últimamente. Desde aquí, donde escribo, esta ha sido una semana triste en Platja d'Aro. Hemos perdido otro icono, y no uno cualquiera, sino uno de esos que veías en la distancia.
Entretodos
El poder del dinero se lo lleva todo. Han sido restaurantes, grandes almacenes, tiendas de toda la vida, cines y, el último de todos, un conocido parque de atracciones. Muchos dirán que nada es para siempre, y es verdad, pero es inevitable pensar y crearse una película interna de recuerdos y vivencias que, cada vez más, cuestan unificar.
Ahora, en lugar de una noria gigantesca vamos a tener comercios y hoteles. Yo, personalmente, sigo sin entender a qué estamos jugando. Estamos perdiendo cada trozo de nuestra infancia. Allí donde hemos crecido y hemos reído. Allí donde hemos sido felices en más de una ocasión. Ahora somos uno más de tantos. No hay nada que nos identifique de manera genuina. Nada que, el día de mañana, vayamos a recordar con nuestros nietos. Ahora el pequeño comercio ha sido vencido por el más rico y yo aquí ya no me siento en casa.