La transformación del antiguo Hospital de la Santa Creu en la Biblioteca de Catalunya (1914) fue un hecho histórico que marcó pautas.
Entretodos
Los ejemplos son muchos, pero en ciudades industriales como Barcelona, los verdaderos protagonistas son los edificios fabriles catalogados cuyas empresas en su día cerraron y hoy, cambiando su uso inicial, continúan de pie y la belleza arquitectónica de Barcelona se perpetúa.
Otra cosa muy importante a tener en cuenta al cambiar usos es que los barrios en los que están insertos los aludidos edificios no deben sufrir trauma alguno.
Happy Parc, un edificio fabril en la calle Comtes de Bell-lloc en Sants, que como equipamiento ciudadano ofrecía a niñas y niños mucha felicidad (fiestas de aniversario, toboganes, piscina de bolas, castillos hinchables...) ahora, debido al desmesurado aumento del alquiler (más de un 300%) tiene que cerrar. Su nuevo uso será una funeraria.
Si el Ayuntamiento de Barcelona permite este colosal disparate, aduciendo, simplemente, que los nuevos inquilinos cumplen con los requisitos de la ordenanza municipal, cometerán un gravísimo error que perjudicará a Sants y a nuestra infancia de manera brutal.