Han pasado ocho años desde la reforma de la ley antitabaco que entró en vigor el 2 de enero de 2011. Hubo un cambio muy importante respecto a la distribución y el consumo del tabaco, y muchos fumadores dejaron este hábito. Otros, los menos valientes, siguieron su consumo. Ahora el número de fumadores ha vuelto a aumentar, sobre todo en los mas jóvenes, por lo que se hace necesaria una nueva reforma de la ley o bien hacer campañas de concienciación en los colegios donde se muestren las consecuencias negativas del tabaco.
Entretodos
La reforma de la ley antitabaco sirvió para rebajar el número de muertes por infartos y los distintos tipos de cánceres, consiguiendo un récord histórico en muertes producidas por el tabaquismo. Pero ahora se ha reavivado el problema y hay que tomar nuevas medidas disuasorias como el control de las zonas prohibidas (hospitales, colegios, parques etc.) aumentar las inspecciones en terrazas, bares y hoteles, prohibir fumar en eventos deportivos, vehículos, conciertos y paradas de bus o subir el precio de la cajetilla.
Creo que las prohibiciones no le gustan a nadie, pero es la única forma de que se cumpla la ley y se respete el dictamen de los médicos, a los cuales debemos estar agradecidos. La vida sin tabaco ya es una realidad para muchas personas que han optado por mejorar la salud.