Hace unos días leí un artículo de un escritor y profesor comentando lo que le había dado de sí una clase, que empezó nombrando a Espronceda y relacionando su figura con temas diversos. Había una cadena de transmisión de conocimientos a partir de la alusión a este escritor. Así pues, habían salido cuestiones como situar en el mapa Almendralejo (Badajoz), donde él nació; la ejecución de Riego, a la que este escritor asistió; la sociedad secreta que él creó, los Numantinos; la resistencia del pueblo de Numancia ante los romanos; el club deportivo del mismo nombre… Acabó con otros asuntos importantes: a raíz de la fuga de Espronceda y su enamorada Teresa Mancha, analizaba la situación de las mujeres del siglo XIX, enlazando con la obra teatral de Moratín 'El sí de las niñas'. Conceptos de Geografía, Historia, Literatura, Arte, Música, Sociología y otras tantas disciplinas estaban contempladas y solo se había necesitado la voz del profesor, el papel y el bolígrafo.
Entretodos
Igual que en su momento Blas de Otero pedía "la paz y la palabra", yo pido esa paz de la palabra que solo el profesor es capaz de transmitir.