Gonzalo Gortázar (CaixaBank): "Tenemos que aceptar que somos más pobres". Me hace gracia que este tipo de afirmaciones las hagan personas que tienen la vida solucionada y no les importa lo más mínimo la subida de los precios de la energía, la carestía de la cesta de la compra o el hecho de llegar a fin de mes. No se puede -ni se debe- aceptar la miseria cuando hay brechas salariales enormes, evasión de impuestos, paraísos fiscales y gente que vive del cuento.

Hemos de poder llegar a una cierta redistribución de la riqueza que, por lo menos, evite las colas del hambre en parroquias, el problema económico de la dependencia, los desahucios de personas vulnerables y que garantice un salario/pensión mínima y justa para todas las personas.

¿Para qué sirve la tan cacareada y consolidada democracia si la precariedad no para de aumentar?