Soy enfermero de urgencias y normalmente trabajo los fines de semana haciendo 12 horas seguidas. Mi turno empieza a las 9.30 de la mañana y acaba a las 21.30 de la noche. Pocos días tenemos un turno tranquilo. A veces, los tiempos de espera llegan a las dos o tres horas, incluso más. Los pacientes, muchas veces se desesperan, se enfadan y me gritan.
Entretodos
Pienso lo siguiente: "Señor paciente, son las siete de la tarde, llevo casi diez horas trabajando y aún me quedan dos más. Soy persona y merezco ser tratado como tal. Que usted lleve horas en una sala de espera no es mi culpa. No es porque no haga bien mi faena. No es porque mis compañeros hagan mal su faena. Es porque nos falta espacio para tanta gente. Nos faltan compañeros para tanta gente. Si usted quiere gritar a alguien, grite a los de arriba, a los que recortan en infraestructuras, a los que recortan en personal".