Hace unas semanas leí una carta en un periódico de una persona que daba las gracias y la enhorabuena a los trabajadores de los consulados generales de España por sus labores, efectividad y eficiencia (si no recuerdo mal).
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Me sorprendió porque ahora mismo yo estoy haciendo prácticas en un consulado general de España y debo decir que desde hace mucho tiempo el personal de estas entidades administrativas está luchando para conseguir una mejora en las condiciones laborales, sin éxito.
No se ha salido en los medios, nadie se ha dado cuenta de la gran falta de recursos humanos que sufren, ni de cuantos años hace que sus sueldos están congelados. El martes 17 de octubre miré en muchos de los periódicos que se publican en España y fueron muy pocos los que habían hablado de la huelga de personal de consulados generales de españa del día anterior.
Pero sobre todo, me ha sorprendido porque, aun con las carencias, desde el consulado se intenta ofrecer el mejor servicio, lo más rápido posible y lo que nos encontramos a diario son quejas, malas caras y críticas, casi todas de ciudadanos españoles. Por qué nadie sabe en qué condiciones se está trabajando, o nadie se preocupa por saberlo.