Recuerdo cuando era joven y entregaba todo lo que ganaba en casa. Sí, como cualquier hijo de vecino, entregaba la semanada para cubrir los gastos de la unidad familiar. Y esta vivencia me recuerda lo que pasa en Catalunya. Como en mi casa, Catalunya aporta todo lo que han decidido para que la unidad de España funcione. Lo que me deja perplejo es la reacción del PP: yo exijo comprobantes y decido en qué te gastas lo que te doy para pasar el fin de semana.
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Señores Montoro y Rajoy, les puedo asegurar que si mis padres hubieran controlado en qué me tenía que gastar el tanto por ciento que me asignaban de lo ganado con mi trabajo para poder llevar una vida digna, les aseguro que me hubiera ido de casa y les hubiera dejado el problema para que lo solventaran solos.
Pero no, señores del PP, mis padres me dejaban vivir mi vida y lo que me daban para ello no me lo controlaban. Ustedes son prepotentes, sarcásticos, grotescos... incluso cómicos. Ustedes ejercen la fuerza del poder, le cierran el grifo a Catalunya cuando se está duchando solo por reírse de los catalanes. No se dan cuenta de que de nada valen sus salidas de tono, tratándonos como si fuéramos niños pequeños: nuestra semanada es sagrada para llevar una vida digna y ustedes están rompiendo todos los moldes para asfixiarnos. Lo malo de todo esto es que los hermanos pequeños, los abuelos, la familia... se hundirán con Catalunya.
Ya se que a ustedes no les importa nada, a río revuelto, ganancia de la derecha, piensan. Pero, primero Catalunya y después España se ahogarán si alguien no pone remedio. Sigan culpándonos a los catalanes de sus atrocidades, que es la mejor manera de no saber qué hacer. Al menos la mayoría así lo pensamos.
A mi familia la quiero mucho pero si no me dejan vivir con honra prefiero marcharme.