El hecho de elegir una carrera universitaria puede marcar el rumbo de nuestra vida laboral y, por consiguiente, la felicidad que nuestro trabajo nos otorgará. He aquí la gran cuestión que asusta a muchos jóvenes: ¿se debe elegir una carrera priorizando las salidas laborales o por el contrario debemos seguir nuestra línea vocacional y escoger unos estudios afines a nuestros gustos y 'hobbies'?
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Para la mayoría de jóvenes, estudiar es más bien una imposición que un deseo; ahora bien, también somos conscientes de que en el mercado laboral solo triunfarán aquellos que mejor preparados estén en las áreas más demandadas en ese momento. En ningún caso, esto significa que se deba elegir un grado universitario por la empleabilidad que este presente en el momento de la elección.
Siempre debemos primar aquello que nos haga felices, aunque a priori sepamos que no es la carrera con más salidas laborales del panorama, el camino a seguir se hará más ameno que si, por el contrario, decidimos cursar unos estudios con menor tasa de paro. Ese es otro punto a tener en cuenta: el destino es cambiante y no sabemos cómo estará el mundo laboral en el momento de nuestra inserción. Por lo tanto, no podemos guiar nuestra elección por las salidas laborales en el momento de la decisión porque puede ser que, con el paso del tiempo, el mundo laboral fluctúe.